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Los reyes de la prostitución quedaron libres
15 agosto 2018 - 23:46
Tomas Roberto Cardozo y Micaela Jesús González, los mayores tratantes de personas para explotación sexual con «El Mundialito», que viven en San Nicolás, gozan de “arresto domiciliario” en su casa, ubica en calle Mitre 322, plano centro comercial, con la ayuda de los abogados Hugo Lima y Jorge Ingrata.
Luego de estar prófuga de la justicia federal, por más de dos meses, Micaela Jesús González se puso a derecho con el patrocinio del abogado Hugo Lima. Estuvo un corto tiempo en la cárcel Federal de Ezeiza, al igual que su esposo Tomas Roberto Cardozo y desembarcó en la UP 3 de San Nicolás. Fueron encausados luego de una larga investigación por el delito de trata de personas para la explotación sexual, actividad que desarrollaron por alrededor de 30 años, como jefes de una asociación ilícita.
Según el expediente, se presentó en el Juzgado Federal Nº 2 de San Nicolás, a cargo del Dr. Villafuerte Ruso, a consecuencia de que su esposo se encuentra cursando un problema generalizado de salud, documentado por el médico de cabecera Dr. Luis Ferrieri, que requiere de su atención. La demencia senil moderada y en evolución de Cardozo, que lo tiene postrado en una cama y que lo hace retroceder cada vez más, fueron los argumentos que convencieron al juez para obtener la “libertad”, enmascarada en un arresto domiciliario.
También expusieron que los hijos fueron los que se hicieron cargo de Cardozo para que este obtuviera primero el arresto domiciliario, refutando que no están capacitados para esta tarea por sus peleas continuas, llegando al extremo de que cuando la hija se hace presente en la casa de calle Mitre 322, el otro se retira y, en vez de ayudar, la deja sola. Las peleas constantes de los hijos sumieron en una profunda depresión al padre, no así los innumerables asesinatos de Tomate Cardozo a los largo de su carrera como custodia de Rucci y Naldo Brunelli. Al respecto, en su momento fue nombrado por la ex esposa, como el tercer asesino del periodista Colombo en el año 1973.
La fiscalía
Recibido el escrito, el Ministerio Publico Fiscal Federal, a cargo de la fiscal subrogante Dra. María Paula Moretti, expuso que a su criterio no correspondía otorgar el arresto domiciliario aprobado. Explicó que la concesión de esta medida morigeratoria es facultad del juez, más no una imposición legal ante una simple verificación de los supuestos hipotéticos señalados. Ponderó que Micaela Jesús González, se mantuvo al margen de la justicia por varios meses, pese a conocer que poseía pedido de captura en sus contra. Esto se encuentra acreditado en la causa.
La fiscal también insistió en que existen elementos que permiten afirmar que González ha inducido tanto a los testigos (victimas), como a otros imputados, los cuales son los únicos detenidos, a declarar falsamente ante la sede judicial , lo que fue resaltado en el auto de procesamiento, por el cual le otorgaron la prisión preventiva. Por todo esto y más, para la fiscalía, Micaela González pone en riesgo el proceso judicial en su contra.
El Ministerio Publico Fiscal dejó asentado, que los inconvenientes suscitados en el cuidado de Tomas Cardozo resultan de exclusivo resorte del ámbito privado y que debía considerarse la posibilidad de nuevos guardadores.
La fiscal, pudiendo hacerlo, no apeló la medida del Juez.
Pese a que en el complejo Federal Penitenciario Nº 1 existe un hospital casi modelo, para que Cardozo sea atendido en prisión, el beneficio de “libertad” para los ex reyes de la prostitución fue concedido.
El mes pasado, luego del otorgamiento de esta medida judicial, fuentes cercanas indicaron la posibilidad de una suma de dinero muy importante entregada, mas de un millón de pesos, no sabemos cómo fue repartida. Lo que sí sabemos es que los jefes de la banda que ha secuestrado y explotado sexualmente a personas, durante casi 30 años, están en libertad y decimos en libertad porque Micaela González anda por todos lados de manera impune, sin control alguno, mientras los perejiles siguen presos y abandonados, moral y económicamente, por los que alguna vez fueron sus patrones.
Hasta, dicen, que sigue funcionando «El Mundialito»…
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