Agarré la escopeta de la culata y se disparó

19 octubre 2017 - 16:32

Fue lo que dijo el imputado Luis Avalos por el homicidio de Jonatan Carrasco

Luis Avalos, declaró ayer durante cuatro horas en sede de la fiscalía. Cóntó detalle a detalle cuál fue la cronología del crimen de Jonatán, desde que llegaron hasta que volvió solo a la ciudad luego de cometer el asesinato.

“El viernes 13 fuimos juntos al rancho de Chaparro, frente a la bajada de Loboto, fuimos en la canoa de mi papá, tenía el motor puesto, serían las 13 horas”. Así comenzó a narrar Avalos lo que terminaría en desastre.

El detenido contó que antes de cruzar a la isla, incluso, fue a cortar el pasto con la víctima y que se pusieron de acuerdo para ir a cazar juntos. “Jonatan llevó la escopeta que quería probar”, expresó.

Todo transcurrió con normalidad hasta la madrugada del sábado 14, según el imputado, cree que sería la 1.30 horas más o menos. A esa hora, tanto Carrasco como Avalos estaban dentro del rancho, uno en cada cama, separadas por aproximadamente un metro de distancia, la victima limpiaba su escopeta. El día había pasado mientras bebían alcohol, fumaban marihuana, tomaran cocaína e, incluso, consumieran Rivotril. En el momento que la victima limpiaba la escopeta, el matador se la pidió para verla y cuando la agarró del lado de la culata se le escapó un disparo que impactó en la cara de Jonatan dándole muerte.

“Me acerqué a la cama de él para ver si estaba vivo, le salía sangre, lo llamé varias veces por el nombre, lo abracé, y me di cuenta que estaba muerto porque no respondía y le faltaba parte de a cara”, dijo Avalos

Especialistas no creen en la versión completa del imputado, les resulta inverosímil que recuerde todo menos cuando trozó el cuerpo de la víctima, porque fue eso lo que declaró Avalos, que luego de lo mencionado, despertó cerca de las 12 horas del sábado, sabiendo que su amigo estaba muerto, pero sin recordar nada de lo que pasó con el cuerpo, que de hecho, dice, fue a buscarlo y no estaba.

Lo cierto es que restan las pericias psicológicas, aunque presumiblemente, sería totalmente imputable y le cabría prisión perpetua.

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