Porque nada queda oculto
Miercoles 07 de Mayo de 2025
1 mayo 2022 - 09:42
Antes de la huelga de los “mártires de Chicago” las jornadas laborales eran de 12 a 16 horas; la lucha de trabajadores socialistas a la que se plegaron miles de obreros y obreras, cambió la historia.
Este primero de Mayo se conmemora un aniversario más del paro de obreros en Chicago que derivó a la Revuelta de Haymarket, o masacre de Haymarket, del 4 de mayo de 1886 en Estados Unidos, pero, ¿qué fue este evento, cuál fue su origen y sus consecuencias?
Revuelta de Haymarket: Origen
La revuelta de Haymarket fue uno de los movimiento obreros más importantes en Estados Unidos. Este evento se dio en Chicago el 4 de mayo de 1886 y surgió debido a la influencia de los inmigrantes europeos; quienes llegaron a la Unión Americana con ideas socialistas.
Los primeros en levantarse fueron los constructores de edificios, quienes exigían una mejora en las condiciones laborales. El levantamiento desató una serie de huelgas de obreros que cambiaría la historia de las y los trabajadores de todo el mundo.
¿Quiénes eran los ‘Mártires de Chicago’, qué pedían y qué pasó en Haymarket en 1886?
Los ‘Mártires de Chicago’ fueron los sindicalistas organizadores de dichas huelgas. Estos fueron ejecutados en la Unión Americana cuando luchaban por obtener mejoras laborales.
Su principal demanda, era la lucha por la reducción de la jornada de trabajo a ocho horas, el incremento de salarios, el reconocimiento de las organizaciones sindicales y los derechos de la mujer, así como la prohibición del trabajo realizado por niños.
Los obreros comenzaron una manifestación de forma pacífica, pero estos fueron ignorados, lo que provocó un paro general por parte de los mismos; más tarde, fueron despedidos. Como consecuencia, estos comenzaron una concentración, lo que dejó varios muertos y heridos.
Para el 1 de mayo, otros 30.000 obreros se unieron al paro y la ciudad quedó paralizada y, para el 4 de Mayo, el movimiento llegó a su punto máximo. Durante una de las manifestaciones en Haymarket Square, un ciudadano lanzó una bomba a los oficiales de policía que intentaban disolver el acto, lo que desembocó un juicio hacia los sindicalistas (los ‘Mártires de Chicago’) que negaron hasta último momento conocer a quién arrojó la bomba.
A través de este juicio, cinco de ellos fueron condenados a muerte, sin embargo, uno se suicidó antes de ser ejecutado; mientras que los otros tres fueron encarcelados. Los mártires de Chicago fueron Michael Schwab, Louis Lingg, Adolh Fisher, Samuel Fielden, Albert R. Parsons, Hessois Auguste Spies, Oscar Neebe y George Engel.
Posteriormente, la Central Obrera convocó a una reunión, en donde se buscaba actuar con resolución y convicción por las justas reivindicaciones. Todo lo anterior, dio origen al Día internacional de los trabajadores.
Las últimas palabras de los “Mártires de Chicago”
George Engel: alemán que emigró a EE.UU. en 1873. Tipógrafo y periodista.
“Es la primera vez que comparezco ante un Tribunal americano y en él se me acusa de asesinato. ¿Y por qué razón estoy aquí? ¿Por qué razón se me acusa de asesino? Por la misma razón que tuve que abandonar Alemania, por la pobreza, por la miseria de la clase trabajadora.
Adolf Fischer: alemán, periodista.
“No hablaré mucho, solamente tengo que protestar contra la pena de muerte que me imponéis, porque no he cometido crimen alguno (…) pero si yo he de ser ahorcado por profesar mis ideas, por mi amor a la libertad, a la igualdad y a la fraternidad, entonces no tengo nada que objetar”.
Samuel Fielden: pastor metodista y obrero textil.
“Se me acusa de excitar las pasiones, se me acusa de incendiario porque he afirmado que la sociedad actual degrada al hombre hasta reducirlo a la categoría de animal. ¡Andad! Id a la casa de los pobres y los vereís amontonados en el menor espacio posible, respirando una atmósfera infernal de enfermedad y muerte.
Albert Parson: ex candidato a la presidencia de Estados Unidos.
“¿Creéis señores que cuando nuestros cadáveres hayan sido arrojados a la fosa se habrá acabado todo? ¿Creéis que la guerra social se acabará estrangulándonos barbaramente? ¡Ah, no! Sobre vuestro veredicto quedará el del pueblo americano y el del mundo entero, para demostraros vuestra injusticia y las injusticias sociales que nos llevan al cadalso”.
Louis Lingg: el único de los acusados dispuesto a usar a métodos terrorista, experto en bombas y carpinteros
“Me acusáis de despreciar la ley y el orden, ¿Y qué significa la ley y el orden? Sus representante son los policías y entre éstos hay muchos ladrones (…) Yo repito que soy enemigo del orden actual y repito que lo combatiré con todas mis fuerzas mientras respire”.
Michael Schawab: alemán, tipógrafo
“Si nosotros calláramos hablarían hasta las piedras. Todos los días se comenten asesinatos, niños son sacrificados inhumanamente, las mujeres perecen a fuerza de trabajar y los hombre mueren lentamente, consumidos por su rudas faenas y no he visto jamás que las leyes castiguen los crímenes”.
August Spies: director del diario socialista Arbeiter-Zeitung
“Se me acusa de complicidad en un asesinato, se me condena a pesar de que el Ministerio Público no ha representado prueba alguna de que yo conozca al que arrojó la bomba, ni siquiera de que en tal asunto haya tenido yo la menor intervención”.
Oscar Neebe: vendedor de levaduras que desde joven trabajó a favor de los desheredados
“Durante los últimos días he podido aprender lo que es la ley, pues antes no sabía. Yo ignoraba que pudiera estar convicto de un crimen por conocer a Spies, Fielden y Parsons”.