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Marihuana para sanar

19 agosto 2018 - 12:34

En la ciudad hay miles de historias de personas que consumen marihuana medicinal, hoy conocemos una en particular.

De un tiempo a esta parte, varios temas que permanecían bajo la alfombra de la sociedad, salieron a la luz. Entre ellos, la legalización de la marihuana. En esta oportunidad Prensa Libre SN decidió hablar de la planta como medicina, conocer y dar a conocer a los lectores de qué se trata, cómo se vive y por qué se usa, al menos parcialmente. Para eso, conoceremos la historia particular de una integrante de “Canna Fem Arg”, un grupo de mujeres nicoleñas que luchan por la legalización de la marihuana y el auto cultivo.

La historia:

En el año 1.992 el hermano de la entrevistada se empleaba en Somisa, allí sufrió un grave accidente que, de milagro, no le quitó la vida.

Al hombre se le cayó un chapón muy pesado en la cintura, lo que le causó una severa lesión en la columna con un pellizco en la misma que lo dejó paralitico.

Ese mismo pellizco de columna afecta a la médula, por lo que le genera, además, lo que se llama científicamente “Dolor neuropatico crónico severo” y repercute con un fuerte dolor en las piernas, más allá de que no pueda moverlas.

A causa de sus padecimientos toma de manera recetada “Pregabalina y Metadona” (derivados de la morfina) para mitigar el dolor  y protectores gástricos por lo fuerte de las anteriores drogas.

A pesar de las drogas tradicionales, el hermano de la joven, tenía severos inconvenientes para conciliar el sueño debido al fuerte dolor.

Después del cannabis:

En el año 2.015 la joven, no recuerda cómo, se entera de que la marihuana se podía usar para curar y, especialmente, para mitigar el dolor. Automáticamente se le encendió una luz de esperanza por su hermano y comenzó a indagar, por internet tomó contacto con “Mamá cultiva, Chile” donde le recomendaron que hable con “Mamá cultiva, Argentina”, a raíz de que la agrupación era incipiente tenía varios prejuicios y miedos por la penalización de la actividad, cree la entrevistada, por lo que no le sirvió de demasiada ayuda. Sola emprendió la búsqueda y aprendió a preparar el aceite de cannabis que le cambiaría la vida a su hermano.

“Me vi obligada a comprar de manera ilegal flores de marihuana y preparé el aceite”, a pesar de que la graduación no era la indicada, el hermano de la chica “sintió un efecto positivo”. “Perfeccioné hasta que di con la dosis y graduación correcta”.

“Desde que él toma el aceite de cannabis bajó en un 40% las dosis de las drogas tradicionales y volvió a dormir con tranquilidad”.

 “No recuerda un día sin dolor antes del aceite”

“Ya había probado de todo, nada lo dejaba dormir debido al dolor que es muy fuerte, natural tomó de todo, ya que lo tradicional no le da resultado”.

“El no dormir y los afectos adversos de las drogas recetadas le generaron depresión”, continúa la joven.

“Temía por la vida de mi hermano”

“Desde que consume, son 4 gotitas a la noche para inducir el sueño y desde entonces mejoró un montón, descansa bien y está mucho mejor de ánimo, ya que el dolor no lo molesta, al menos por la noche. No pudimos dar aun con la graduación correcta para que mitigue el dolor sin causarle sueño, por eso solo toma de noche”.

La penalización:

Aunque de manera oculta a raíz de la legislación vigente, la ciudad tiene un circuito activo de personas de todas las edades y extractos sociales que consumen marihuana medicinal, ya sea con vaporizador, en pomadas o aceites, como en otras formas.

A pesar de que hay una ley que habilita el consumo medicinal del aceite, es complejo acceder debido a la burocracia y el precio de los mismos, ya que son importados, además de que no todas las graduaciones del remedio son iguales e indicadas para cada paciente.

 “Todos podemos hacerlo en casa, pero está prohibido. Queremos la legalización del autocultivo”

La joven contó a Prensa Libre SN su historia y cómo la vivió desde un principio:

“Me sentí perseguida, pero cuando tenés una escala de prioridades… Los médicos no acompañan, ellos trabajan y recetan lo que les genera dinero”, haciendo referencia a las drogas tradicionales provistas por los visitadores médicos.


Vale destacar que la entrevistada no posee las plantas en la casa debido a que tiene miedo de la persecución judicial y, además, no comercializa el aceite, aunque si asesora y acompaña a las personas que necesiten aprender a prepararlo por padecimientos de salud. Ya se acercaron pacientes o familiares de ellos con patologías como: autismo, epilepsia refractaria, hidrocefalia, cáncer, lesiones por rayos, fibromialgia, artritis, párkinson, problemas para dormir y dolor generalizado, entre otras.

Muchos les piden ayuda a través de facebook, donde las encuentran como “Canna Fem Arg”, desde allí y en la calle de otras maneras, luchan por la legalización del autocultivo.

 

Imagen ilustrativa

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