Porque nada queda oculto
Domingo 16 de Noviembre de 2025
9 noviembre 2025 - 11:21
Este sábado el hombre de 28 años fue asesinado de un disparo en la cabeza; los acontecimientos previos a la muerte violenta indicaban que algo así podría pasar
Fotografía: Javier Alejandro Martínez, de 28 años
Un entramado de violencia que terminó de manera sangrienta fue lo que ayer ocurrió en la zona norte de San Nicolás. Una mujer, dos hombres enfrentados y un homicidio cómo forma extrema e irreversible de saldar las diferencias.
Este sábado, tras el asesinato de Javier Alejandro Martínez, de 28 años, el acusado de efectuar el disparo certero se entregó en el Destacamento Policial de La Emilia. Cristian Iván Surace, de 23 años, era seguido a través de las cámaras – de hecho – se había implementado un operativo policial para atraparlo, aunque no hizo falta. Llegó voluntariamente a la comisaría del pueblo para entregarse.

Eran cerca de las 15:00 del 8 de noviembre cuando un llamado al 911 alertó a la policía sobre la presencia de un herido de arma de fuego en la esquina de las calles José Ruiz y José Rivas. Al llegar el primer patrullero, los oficiales comprobaron la veracidad del alerta. El cuerpo de un hombre – aparentemente sin vida – tendido sobre el suelo. El balazo había sido certero ya que ingresó por el parietal izquierdo (cabeza) y le provocó la muerte de manera inmediata. A su lado, una mujer de 26 años, pareja del fallecido que brindó un testimonio crucial para escalecer el hecho. Su ex le había disparado a su actual concubino y se había dado a la fuga a bordo de un auto Renault 11 de color blanco.
A partir de ello se activó el protocolo correspondiente para estos casos. Convocar a la ambulancia, a más móviles para dar con el atacante, dar aviso a la fiscalía en turno para que ordene cuál será el procedimiento. Se alertó al centro de monitoreo municipal para ubicar el vehículo y otros medidas que atañen a circunstancias así.
Lo demás es conocido, el único acusado de perpetrar el homicidio fue detenido en el Destacamento de La Emilia y está a disposición de la Fiscalía N.º 12 a cargo de la fiscal María Belén Baños.

Entre la víctima, el victimario, la mujer y sus familias existían antecedentes de violencia y denuncias cruzadas por abuso de arma, lesiones calificadas, violencia de género, amenazas y otro tipo de acciones violentas. De hecho, Martínez había estado detenido hasta hace corto tiempo por un hecho de violencia de género.
El 29 de enero último, la víctima había sido el hoy acusado de “homicidio”. Por aquel entonces, Surace – vecino de calle José Rivas al 850 aproximadamente – convocó a la policía tras haber sido baleado en el tobillo izquierdo por Martínez y la señorita en cuestión.
Este hecho de “lesiones graves agravadas” ocurrió en León Guruciaga y Av. Constituyentes, cuando Surace fue abordado por Martínez y la mujer, quiénes pasaron a bordo de una moto Honda CG de color negro y le efectuaron un disparo, hiriéndolo en el tobillo.
En ese entonces, la fiscalía en turno dispuso que Martínez fuera aprehendido por el ataque.
El 11 de abril último, en cambio, la denunciante fue la mujer, quién manifestó que Surace se acercó a su casa de calle Franklin al 50 aproximadamente, disparó contra la propiedad y la amenazó de muerte.
Tras la denuncia, la policía allanó la casa de Surace, lo aprehendió y allí secuestró tres bagullos con marihuana, una balanza y $ 317.000 en efectivo.
Además de los hechos judicializados, la tensión entre las partes suma más episodios de violencia que derivaron en el trágico final de este sábado que, tal vez, si los mecanismos estatales funcionaran de manera más precisa, podría haberse evitado. Así como si una de las partes – al menos – hubiese desistido de continuar con el espiral infinito de ganar la pulseada.
Nota relacionada: