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Un Gato Negro por calle Nación

28 abril 2023 - 10:38

Centenario. Ayer, Tienda Gato Negro cumplió los 100 años creciendo con la ciudad, ofreciendo calidad y como la tienda más tradicional de la comunidad.

Juan Arteaga recorrió el salón que estaba por alquilar y se encontró con dos ojos destellantes en la oscuridad; era un gato negro que reinaba en el local de De la Nación 281/283. A pesar del imaginario popular y de los vaticinios de mala suerte, Arteaga decidió ponerle a su tienda: “El Gato Negro”.

En los días iníciales, en el año 1923, ostentaba en la parte superior del frente un enorme cartel con la figura a gran tamaño de un gato negro, en actitud de movimiento- cuenta Gregorio Santiago Chervo en su libro de La Calle de la Paz.

En 1923 se promocionó la apertura de la Tienda Gato Negro con un concurso, en el que se ofrecieron como premio $ 200 al que presentase un loro que fuese capaz de decir ¨Gato Negro¨.

En la web http://tiendagatonegro.com.ar leemos: “Juan Arteaga, era indudablemente, un adelantado del Marketing. A todo aquel que dijera “Gato Negro” al visitar el local, le daban diferentes premios. En los primeros tiempos de inauguración de la Tienda, venían amigos y se llevaban bolsones de mercadería que luego devolvían con el objetivo de demostrar movimiento comercial. También se realizaban liquidaciones a puertas cerradas, entraba uno, salía otro, generando filas fuera del negocio.

Juan Arteaga tuvo tres hijas. Ninguna se dedicó al comercio, aunque integraron la sociedad, participando además Alberto Magnani y Sergio Cihuelo, quienes compraron sus partes con su trabajo. Estos últimos comenzaron como cadetes y fueron haciendo carrera, pasando de empaquetadores a cajeros. Con el tiempo, Juan Arteaga, quien consideraba a Alberto Magnani y a Sergio Cihuelo como a dos hijos, les fue habilitando otras responsabilidades y con trabajo, esfuerzo, dedicación, honestidad, fueron ganándose la Tienda. Años más tarde, se sumó a la sociedad el hermano menor de Alberto, Juan Magnani.

Juan Arteaga (en el centro) acompañado de los hermanos Magnani y Cihuelo.

Juan Arteaga tenía como costumbre salir de vacaciones con su familia desde noviembre a marzo, mientras los empleados seguían al frente y al cuidado del negocio. Al fallecer Alberto Magnani, su hijo menor, Hugo, asume su parte comercial en 1986. Sin experiencia, pero con mucha dedicación, empeño, visión y empuje, se fue haciendo a la par de los empleados. De a poco, fue comprando los porcentajes a los socios restantes mientras se iban retirando de la actividad, quedando él y su hermano mayor Alberto a cargo de la sociedad, aunque Alberto decidió no participar en la actividad comercial y dedicarse a su profesión de arquitecto.

Juan Arteaga y Francisca Pichetto su esposa caminando por la Vieja Rambla de Mar del Plata.

Ayer, en el centenario levantaron la copa Hugo, su hermano Alberto y Paola (hija de Hugo) que hace unos años se incorporó al plantel de la tienda y que, nos habla que por mucho tiempo más las cortinas se van a levantar cada día.

Hasta hace pocos años, caminaba por los mostradores un gato negro.

El plantel de empleados de la Tienda gato Negro en tiempos de pandemia. (Foto Esteban “Colo” Cossi)

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