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Martes 16 de Diciembre de 2025
15 diciembre 2025 - 20:48
El sanatorio conocido como Clínica Santa Isabel, propiedad de Nelsón Brunelli, sigue sumando reclamos de trabajadores desvinculados
Tres trabajadoras despedidas del Sanatorio IEPSI denunciaron públicamente haber sido desvinculadas sin el cobro de la indemnización correspondiente y relataron la situación laboral, económica y emocional que atraviesan desde entonces. En diálogo con PRENSA LIBRE SN, Alejandra Saucedo, Viviana Saucedo y María Liliana Iturralde detallaron los hechos, apuntaron contra las autoridades de la empresa y cuestionaron la “falta de acompañamiento” sindical.
Según relató Alejandra Saucedo, de 53 años, con casi 33 años de trabajo en el IEPSI en el área de maestranza, el miércoles 10 de diciembre las trabajadoras despedidas asistieron a una audiencia en el Ministerio de Trabajo, donde estuvieron presentes el delegado ministerial Marcelo Herrera, una abogada y el dueño de la empresa, Nelson Brunelli, quien —según indicó— se presentó solo. También concurrió la secretaria gremial del sindicato de la Sanidad, Mónica Chungo, a quien las despedidas pidieron que se retirara al no sentirse representadas. Saucedo explicó que esa decisión se basó en la falta de contacto previo del gremio, pese a que los despidos venían ocurriendo desde hacía tiempo y, en su caso, se produjeron de manera simultánea entre cuatro o cinco trabajadoras.
Las mujeres afirmaron que se organizaron de forma autoconvocada y remarcaron que no contaron con apoyo sindical. En ese marco, describieron el impacto económico y emocional que atraviesan, con dificultades para afrontar pagos, créditos y compromisos cotidianos. Saucedo sostuvo que el reclamo central es el cobro de la indemnización para poder regularizar su situación financiera.
Por su parte, Viviana Saucedo, de 50 años, mucama con casi 32 años de antigüedad en el sanatorio, señaló que alquila y que, si bien puede sostener el pago del alquiler con ayuda de su pareja, no logra afrontar deudas bancarias. Además, contó que atravesó un cáncer de mama y que el estrés actual afecta seriamente su salud, remarcando la falta de respuestas por parte de la empresa y las autoridades.
En tanto, María Liliana Iturralde, enfermera con 32 años de trabajo en el IEPSI y 56 años de edad, explicó que vive con su hija y su nieto y que el despido afectó su sostén económico básico. Indicó que, con la indemnización, evalúan la posibilidad de iniciar un microemprendimiento ante la dificultad de reinsertarse laboralmente a una edad cercana a los 60 años. Pero antes tendrían que cobrar.
Las trabajadoras también rechazaron versiones que indicaban supuestas amenazas durante una manifestación y aseguraron que el reclamo fue pacífico. Relataron que, durante la audiencia, Nelson Brunelli aseguró no contar con dinero para pagar las indemnizaciones, que desconocía las causas de los telegramas de despido y que esas decisiones eran manejadas por el abogado Martín Ramos, apoderado de la empresa. Según indicaron, Brunelli se comprometió a intentar dialogar con Ramos durante el cuarto intermedio por la situación de alrededor de 15 despedidos.
Asimismo, expresaron preocupación por la situación de un excompañero, Ezequiel Arce, quien —según señalaron— habría realizado una denuncia en la fiscalía contra Brunelli tras un episodio ocurrido durante la audiencia, donde interpretaron expresiones como una amenaza. Indicaron que Arce se encuentra atravesando un momento de extrema angustia y que actualmente no tienen noticias sobre su estado.
En cuanto a las causas de despido, Alejandra Saucedo afirmó que recibió un telegrama firmado por Martín Ramos, en el que se la acusa de haber enviado a una compañera a arrojarle agua al cuerpo a Nelson Brunelli, hecho que negó. También señaló que no fueron encuadradas como personal insalubre, lo que complica su acceso a la jubilación.
Viviana Saucedo relató que fue despedida el 29 de octubre mediante un mensaje de WhatsApp, en el que se le indicó que no se presentara a trabajar y que recibiría el telegrama. En el mismo, según explicó, se la acusa de haber arrojado agua y agredido verbalmente a Brunelli durante una protesta, con la supuesta incitación de su hermana Alejandra, hechos que negó y sostuvo que no cuentan con testigos identificados que confirmen dicho ataque. Por otra parte, afirmó que no recibió indemnización.
Finalmente, María Liliana Iturralde indicó que fue despedida también por WhatsApp tras 32 años y 10 meses de trabajo. Explicó que figura como “personal común”, lo que impide el reconocimiento de la insalubridad laboral y retrasa su jubilación, cuando —según señaló— debería haberse podido jubilar a los 52 años. Actualmente, indicó, se encuentran realizando gestiones legales para lograr el reconocimiento de la insalubridad y acceder a la jubilación.
Las tres trabajadoras coincidieron en que el reclamo es concreto: el pago de la indemnización y la correcta liquidación conforme a la ley laboral vigente.
