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Los prófugos de “El Mundialito”, Micaela J. González, Mirta Figueroa y Pablo Cabral

16 enero 2018 - 17:34

Doña ”Pocha”, principal proxeneta del bar-prostíbulo “El Mundialito” y, sus fieles colaboradores, se encuentran evadiendo el accionar de la Justicia Federal de San Nicolás, acusados de trata de personas para la explotación sexual.

En la extensa investigación realizada por la UFI Nº 6 a cargo del Dr. Mariazcurrena, luego derivada y ejecutada por el Juzgado Federal de San Nicolás a cargo del Dr. Villafuerte Ruso, se estableció que en “El Mundialito” (casa ubicada en la autopista en la entrada de la ciudad de Ramallo), era administrado por una mujer de nombre Micaela Jesús González (domiciliada en calle Mitre 322), la cual se encontraba diariamente en horarios de la noche en una finca situada en un terreno continuo al del comercio, el cual tiene comunicación interna con el mismo y, de allí, la misma se encargaba de administrarlo.

Así también, utilizaba la casa para esconder las personas que se encontraban trabajando en el comercio en caso de que haya una inspección policial.  De la información recabada en el lugar, efectivamente se hallaban tres o cinco personas de sexo femenino ejerciendo la prostitución. También se pudo constatar que, cuando Micaela González no se encontraba en el predio, “su lugar es ocupado por un familiar de confianza”.

Un informe de la Delegación Local de la Policía Federal, del 15 de setiembre del año 2015,  hizo saber que el bar “El Mundialito” “permanecía abierto, en  horario nocturno, con la particularidad que este funciona detrás del local original, dado que su frente se encuentra clausurado. Se dejó constancia que se comisionó al lugar a personal de la brigada de dicha dependencia, y que, al arribar por su frente, observaron que de su interior salió una persona de sexo masculino de aproximadamente 50 años de edad, quien le indicó que oculte el vehículo en uno de los laterales del predio, luego les mostró por dónde debía ingresar.

Una vez dentro del negocio, fueron atendidos por mujeres que indicaban dónde sentarse e invitaban a consumir alcohol. Estas mismas mujeres ofrecieron el servicio sexual. Mientras la policía (encubierta) estaba dentro del local comercial, lograron visualizar que estaba custodiado por al menos tres hombres, como así también había cinco mujeres de distintas edades ofreciendo el servicio sexual y de acompañante (dos mujeres de aproximadamente 35 años de edad de nacionalidad Dominicanas, dos señoritas de aproximadamente 20 a 25 años de edad y una señora de aproximadamente 45 años).

La Policía Federal concluyó que en el lugar había mujeres que ofrecían servicios sexuales y existía una persona de sexo masculino que oficiaba de encargado, dado que “indicaba y ordenaba a las chicas en sus movimientos”

En  transcripciones de conversaciones interceptadas de los teléfonos celulares de Micaela Gonzales;  surge que en el lugar las mujeres iban rotando, que realizaban “pases” en el mismo local que oficiaba como bar y que en éste muchas de ellas vivían.

Una testigo contó que ejerció la prostitución en “El Mundialito” con otras mujeres, “todas las chicas tenían relaciones sexuales en las mismas habitaciones del bar donde dormían,  a los precios los decidía la dueña, la Pocha”. “Se turnaban para realizar la limpieza de las habitaciones y baño, donde llegaron a trabajar más de diez chicas simultáneamente”.

A su vez, declaró que en el lugar trabajaba la señora “Pocha” (Micaela Jesús González), la dueña del lugar, Pablo Cabral, que era el encargado, Lorenzo “quien era hermano de Pablo Cabral, servía copas y cobraba pases que realizaban las chicas” y “un tal Cristian que servía bebidas y todos bajo las órdenes de la señora ‘Pocha’”.

Un Informe realizado por el Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata, luego de la entrevista realizada con una de la victimas, establece que la mencionada realizaba “pases” en el lugar con “clientes/prostituyentes”,  la dueña del prostíbulo “El Mundialito” era una mujer conocida como “Pocha” y todas las mujeres que se encontraban en situación de prostitución en el lugar estaban “bajo el mando” de esta señora.

“…La Sra. Pocha no estaba mucho en el bar-prostíbulo, pero que quien asistía asiduamente al lugar era su hijo –el Sr. ‘Matías Cardozo’– quien controlaba el funcionamiento del prostíbulo- y que los encargados eran: el Sr. Pablo Cabral, el Sr. ‘Lorenzo’ y el ‘Sr. Cristian’,  ellos se iban turnando y que cuando les tocaba cubrir ‘la seguridad’ del lugar se quedaban a dormir en el bar prostíbulo. De todos modos, agregó que quien se desempeñaba como ‘encargado general’ era el Sr. Pablo Cabral, afirmando que: ‘era quien tenía más llegada a Pocha’”.

La victima testigo, refirió que “alguna de las chicas que estaban en el bar hacían pases y cree que costaba $200 y lo repartían también mitad y mitad, cuando la chica quería volver a su casa le hacían la rendición de cuenta y le pagaban,  quien pagaba siempre era ‘Pocha’, aclarando que nunca supo su nombre ni apellido, si recuerda que era mujer grande de unos 70 años y sabe que tenía nietos…”. Posteriormente, se le exhibieron la fotografía de Micaela J. González, indicando que esa era “Pocha”.

Del cotejo efectuado a los teléfonos de Silvia Brest y de Mirta Figueroa, donde surgen conversaciones que sitúan a los imputados en el local allanado: En el teléfono de Mirta Figueroa obra la siguiente conversación por WhatsApp con “Nico” (Federico Nicolás Cardozo) (del 22/11/2017):

– Mirta Figueroa: “Hola dijo mi mama si hoy vas x q Cris se tiene q venir x q esta Lucas trabajando”

– Federico Nicolás Cardozo: “Yo me tendría que quedar entonce ¿??”

– Mirta Figueroa: “Yyy sii sino dijo mi mama sino vas se queda Lucas con ella”. (El diálogo continúa).

– FNC: “Pierde como loco si se queda luca. Esta noche mejor hablo con ella”.

– MF: “No entiendo hací le digo a mi mama. Pero vas a quedarte o no”.

– FNC: “Asta el viernes me quedo yo… por que finde me toca a mi aca. Ella lo sabe”.

– MF: “Ok. Mi mama te avisa cuando sale hací la esperas”.

– FNC: “Sii dale tia..” Luego, continúan hablando de Cristian, respecto de quien Federico Cardozo le dice a Mirta Figueroa que “necesita salir un poco y despejar la mente por que el bar lo esta consumiendo”.

Cabe recordar que, cuando Figueroa habla de “mamá” se está refiriendo a Micaela Jesús González.

En el teléfono de Silvia Brest existe una conversación por mensaje de texto entre esta ultima y Micaela González (a quien tenia agendada como “Doña”), del 22/10/2017, en la que la segunda le pregunta “Morocha llegó nicol”, a lo que Silvia Brest contesta que “no”. En otro mensaje, Doña escribe “Morocha tengo 2 fijate cuando podes venir”. El 03/11/2017 Brest le escribe “Lo.puede llamar a nico” y el 18/11/2017 a las 2:04 AM le escribe “Bino” “El.chico”. A su vez, entre los mensajes de la aplicación WhatsApp de dicho aparato telefónico, una persona agendada como “Mirta”, le preguntó a Silvia Brest “Que sabes de nico”. Este mensaje fue recibido el 25/11/2017 a las 12:33 horas, día del allanamiento, por lo que no quedan dudas que “Nico” es Federico Nicolás Cardozo, ya que fue el único detenido en el local en esa fecha. A su vez, Silvia se comunicó con una persona agendada como “Lukitaaas” el 25/11/2017 a partir de las 8:24 AM. En esa conversación, “Lukitaaas” le dice “Alguna novedad de nicolas”, a lo que Brest contesta que “no”.

Por otro lado, en el expediente existen en la actualidad tres personas con pedido de captura:

Micaela Jesús González, que es esposa de Tomás Roberto Cardozo, abuela de Cristian Virgillito y tía abuela de Federico Nicolás Cardozo.

Pablo Cristian Cabral, hermano de Lorenzo Luis Trabuco.

Mirta Raquel Figueroa, madre de Cristian Virgillito y tía de Federico Nicolás Cardozo.

De acuerdo obra en la investigativa, Micaela González vivía al momento de los allanamientos con Tomás Roberto Cardozo en un domicilio de calle Mitre 322 y, estaría recibiendo auxilio a los fines de sustraerse de la acción de la justicia. Sin embargo, Cardozo en su indagatoria negó tener contacto con la nombrada. Asimismo, de acuerdo a una compulsa de los teléfonos utilizados por las presuntas víctimas y por la señora Silvia Brest, existen serios elementos que llevan a afirmar que las nombradas no dijeron la verdad en oportunidad de declarar en Sala Gesell y que, en forma previa a su declaración, Silvia Brest habría hablado en numerosas oportunidades con Micaela J. González y habría mantenido una conversación con Mirta R. Figueroa.

A su vez, una de las victimas testigos habría dialogado con Pablo C. Cabral. Por tales motivos, se presume que habrían sido inducidas a declarar falsamente en relación al conocimiento que éstas tenían de los encargados del lugar y de la actividad que se ejercía en éste.

Asimismo, existen numerosas pruebas que llevan a afirmar que Micaela J. González ha regenteado el prostíbulo investigado durante años, con la ayuda de su hija Mirta Figueroa y de Pablo Cabral (principal encargado de este lugar), por lo que se presume que los bienes que han adquirido en los últimos años provienen de esta actividad y, por ende, podrían eventualmente ser objeto de decomiso.

Por todo ello, la justicia ofició al Registro de la Propiedad Inmueble y a la Dirección Nacional de los Registros Nacionales de la Propiedad Automotor y de Créditos Prendarios a los fines de que anoten la inhibición general de bienes de los mencionados y remitan un informe de qué bienes poseen registrados todos los imputados. En el mismo sentido al Banco Central de la República Argentina a efectos de que haga saber a todos las entidades que se encuentran bajo su órbita que deberán, en forma inmediata, anotar el embargo de las cuentas bancarias que posean los imputados, hasta cubrir los montos de embargo dispuestos en cada caso. Respecto de González, Cabral y Figueroa, el embargo se dispondrá en la suma de un millón de pesos ($1.000.000).

En igual sentido, se ordenó el embargo del inmueble en el que se encontraba emplazado el prostíbulo.

La justicia federal de San Nicolás consideró, profundizar la investigación en torno al rol que cumplió “Matías Cardozo” durante el funcionamiento del bar prostíbulo “El Mundialito”, del cual sus padres son los propietarios.

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