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Miercoles 29 de Octubre de 2025
29 octubre 2025 - 09:02
El regreso de los vales de comida para pagar salarios genera debate en torno a la reforma laboral
Uno de los puntos más discutidos del proyecto de reforma laboral que el Gobierno prevé enviar al Congreso en diciembre es la posible reimplementación del vale de comida como parte del salario. Este beneficio, de carácter no remunerativo, no se computaría para el cálculo de indemnizaciones, aportes jubilatorios ni aguinaldos, lo que genera preocupación en distintos sectores laborales.
La propuesta impulsada por el Gobierno nacional busca reactivar el sistema de “Ticket Canasta”, una modalidad que permite a los empleadores abonar una parte del sueldo a través de vales o vouchers de consumo. Durante su vigencia, estos tickets no eran tenidos en cuenta para calcular adicionales, horas extras o aportes previsionales, y tampoco se percibían durante vacaciones o licencias por enfermedad o accidente.
Los antecedentes del sistema se remontan a 1989, cuando fueron creados como una medida de emergencia frente a la hiperinflación. Su implementación se consolidó en los años noventa, bajo el artículo 103 bis de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT), que regulaba los denominados “beneficios sociales no remunerativos”. En ese entonces, los vales se popularizaron bajo nombres como Ticket Restaurant, Canasta o Luncheon, y llegaron a representar hasta el 13% de la remuneración de un millón y medio de trabajadores registrados.
Según datos de la época, unas 5.000 empresas utilizaban el sistema hacia 2005. Sin embargo, el Congreso lo derogó en 2007 tras la presentación de un proyecto legislativo que puso fin a su uso, luego de denuncias públicas sobre intentos de soborno de compañías del sector para evitar la votación.
Estudios posteriores estimaron que, mientras el sistema estuvo vigente, el Estado, las organizaciones sindicales y las obras sociales perdieron alrededor de 21.000 millones de dólares, monto que fue transferido al sector empresarial.
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Las compañías emisoras de los vales, entre ellas Accor y Sodexho, concentraban el negocio. Según informes del CENDA, las firmas obtenían beneficios a través de tres mecanismos: el cobro de un adicional de entre 2% y 6% a las empresas que compraban los tickets; una retención de entre 1,5% y 6% a los comercios que los aceptaban; y el manejo transitorio del flujo de dinero en el sistema financiero.
En 2007, las ganancias anuales por emisión de tickets oscilaban entre 140 y 395 millones de pesos, equivalentes a un dólar de 3,15 pesos en ese momento. En ese mercado, Sodexho —bajo la marca Luncheon Tickets— se consolidó como líder nacional tras adquirir Ticket Total, superando así a su competidora Servicios Tickets, del grupo Accor.
A pesar de su eliminación hace más de quince años, la posible vuelta del sistema despierta rechazo entre los trabajadores. De acuerdo con una encuesta de la consultora Zubán Córdoba, un 81,3% de los consultados se manifestó en contra de reintroducir los “ticket canasta”, mientras que apenas el 13,3% se mostró a favor.
El debate sobre los vales alimentarios vuelve así al centro de la discusión laboral, enfrentando a quienes los ven como una herramienta para aliviar los costos empresariales con quienes consideran que implican una reducción del salario real y de los derechos laborales.