Porque nada queda oculto
Lunes 11 de Agosto de 2025
10 agosto 2025 - 09:11
Durante el Gobierno de Milei las ventas en mayoristas se mantienen alrededor de un 34% por debajo de los niveles iniciales, mientras que las de supermercados están un 28% por debajo.
La situación económica precaria que afecta a gran parte de la población argentina se manifiesta de manera evidente en los hábitos de consumo y en la creciente dependencia del crédito para la adquisición de productos básicos. Un reciente informe del Centro de Estudios para la Recuperación Argentina (CentroRA) de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA revela que casi la mitad de los hogares recurre a tarjetas de crédito para realizar compras en supermercados, una tendencia que se ha intensificado en los últimos meses.
Mara Pegoraro, politóloga y coordinadora del CentroRA, indicó que “ha habido un deterioro del poder de compra de los sectores medios, lo que se refleja en el aumento del endeudamiento al momento de adquirir alimentos”. Según Pegoraro, “no es lo mismo comprar cotidianamente que hacerlo con tarjeta de crédito, si es que se tiene acceso”. La especialista advirtió que “el incremento en el uso de tarjetas de crédito para la compra de alimentos es una señal de que los salarios no alcanzan para llegar a fin de mes, lo que lleva a prorrogar el gasto en comida en lugar de en actividades recreativas”.
Este fenómeno se explica, en parte, por el aumento en el uso del crédito, que ha pasado del 39% al 46% en las compras en supermercados, mientras que los pagos en efectivo y con tarjeta de débito han disminuido, pasando del 20% al 16% y del 34% al 27%, respectivamente. Pegoraro señaló que “no se utiliza débito ni efectivo porque no hay forma de cubrir esos gastos. Es lo mismo que el efectivo, pero con un plástico”, descartando que el aumento del crédito se deba únicamente a promociones.
A pesar de que en el segundo trimestre de 2025 se observan algunos signos de recuperación económica, la demanda de bienes esenciales sigue siendo débil. En mayo, las ventas en supermercados mayoristas cayeron cerca de un 5% en comparación interanual, aunque mostraron un leve crecimiento mensual de menos del 1%. En los supermercados minoristas, las ventas aumentaron un 6,1% interanual, pero disminuyeron un 1,2% respecto al mes anterior. Desde el inicio de la actual gestión, hace 29 meses, las ventas en mayoristas se mantienen alrededor de un 34% por debajo de los niveles iniciales, mientras que las de supermercados están un 28% por debajo.
En conclusión, el consumo masivo atraviesa un momento delicado. El aumento del endeudamiento para la compra de alimentos y la caída persistente de las ventas mayoristas indican que la recuperación económica aún está lejos de ser una realidad consolidada. La combinación de salarios insuficientes, creciente incertidumbre y dependencia del crédito configura un panorama complejo para la estabilidad del mercado interno.