Porque nada queda oculto
Martes 09 de Diciembre de 2025
9 diciembre 2025 - 05:04
Se estima que, en el mundo, se pagan aproximadamente un billón de dólares en sobornos, mientras que otros 2,6 billones de dólares son robados mediante actos de corrupción.
Desde 2003, el Día Internacional contra la Corrupción, instaurado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), funciona como un recordatorio anual del desafío que enfrentan los Estados para frenar prácticas ilícitas que erosionan instituciones y afectan directamente la vida de millones de personas. La fecha, celebrada en todo el mundo, busca impulsar políticas que prevengan y sancionen a “aquellos hombres y mujeres que se aprovechan de un cargo de poder para enriquecerse a cargo de los demás”, tal como plantea el organismo internacional.
Los datos que la propia ONU difunde cada año revelan la dimensión del problema: se estima que, en el mundo, se pagan aproximadamente un billón de dólares en sobornos, mientras que otros 2,6 billones de dólares son robados mediante actos de corrupción. En conjunto, ese flujo ilegal equivale al 5% del producto interior bruto (PIB) mundial, una proporción que grafica su incidencia sobre las economías globales.
El impacto resulta especialmente grave en los países en desarrollo, donde —según la ONU— el dinero perdido por corrupción es diez veces mayor que los fondos destinados a garantizar una calidad de vida adecuada para la ciudadanía. Ese desbalance, advierte el organismo, profundiza desigualdades estructurales y limita la capacidad estatal para atender necesidades esenciales.
Con estas cifras como telón de fondo, la jornada internacional vuelve a situar el tema en agenda y a reclamar que los compromisos asumidos por los Estados se traduzcan en acciones efectivas para prevenir, investigar y sancionar la corrupción en todas sus formas.
