Porque nada queda oculto
Sábado 02 de Agosto de 2025
1 agosto 2025 - 08:04
Aunque las celebraciones se extienden a lo largo del mes de agosto, es el primer día del mes cuando se realizan ceremonias con ofrendas a la Madre Tierra
Cada 1° de agosto, las comunidades indígenas que habitan en Argentina celebran el Día de la Pachamama, una tradición ancestral que rinde homenaje a la tierra. El término “Pacha” proviene de las lenguas quechua y aymara, y se traduce como cosmos, tiempo y espacio. Pachamama es considerada la “Gran Madre”, una figura originaria de la tierra que tiene el poder de controlar las fuerzas de la naturaleza. En español, se la suele referir como “Madre Tierra”.
Es importante destacar que el concepto de “tierra” en este contexto no debe confundirse con “suelo”, ya que, desde la cosmovisión de los pueblos andinos, se le atribuye un significado más amplio que abarca la totalidad del tiempo y del espacio universal. Así, se invita a contemplar la Tierra como una entidad viva, con procesos que merecen ser comprendidos en su complejidad.
Aunque las celebraciones se extienden a lo largo del mes de agosto, es el primer día del mes cuando se realizan ceremonias con ofrendas a la Madre Tierra, agradeciendo por todo lo que ella proporciona. Durante este periodo, se expresa gratitud por las cosechas, los animales, el buen clima y la abundancia que se manifiesta en los frutos de la tierra.
La perspectiva de cuidado que los pueblos indígenas tienen hacia la Madre Tierra invita a reflexionar sobre cómo habitar nuestros propios espacios. Promueve una relación más equilibrada y justa con el entorno que compartimos diariamente, ya sea en el aula, en la escuela o en el barrio.
La celebración de la Pachamama se enmarca dentro del ciclo de siembras y cosechas que se desarrollan a lo largo del año, dividiéndose en dos temporadas: la época seca y la época húmeda. Durante la época seca, se lleva a cabo la celebración de la Pachamama, donde se agradece por las cosechas y se realizan ofrendas. Este momento, conocido como “corpachar”, implica dar de comer y beber a la Tierra, enterrando ofrendas de alimentos y bebidas en profundos hoyos.
Las comunidades indígenas de los Andes se caracterizan por su vida en comunidad, donde prevalecen prácticas de respeto y reciprocidad, tanto entre las personas como con su entorno, un concepto conocido como “ayni”. De esta manera, se resignifican las relaciones de reciprocidad e intercambio equitativo con la naturaleza, basándose en las cosmovisiones ancestrales de los pueblos originarios de la región.