Porque nada queda oculto
Miercoles 09 de Julio de 2025
9 julio 2025 - 07:57
“¿Queréis que las provincias de la Unión sean una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli?”
El 9 de julio es una fecha emblemática en la historia de Argentina, ya que se conmemora la declaración formal de independencia del país. En 1816, un grupo de representantes de las Provincias Unidas se reunió en el Congreso de Tucumán para expresar colectivamente su voluntad de liberarse del dominio colonial español, marcando así un paso fundamental hacia la construcción de una nación soberana.
Este congreso, que comenzó sus sesiones el 24 de marzo del mismo año, fue un proceso prolongado y deliberado en el que los diputados debatieron diversos temas relacionados con la organización política y militar del futuro país. Entre los asuntos abordados figuraron la financiación del ejército libertador, la creación de una moneda propia, la delimitación territorial y la estructura de las fuerzas armadas.
Durante ese período, figuras como Juan Martín de Pueyrredón asumieron roles clave en la dirección política, apoyando las ideas y estrategias propuestas por líderes como José de San Martín. Este último, desde principios de año, había insistido en la importancia de declarar la independencia como base para fortalecer la unidad nacional y facilitar campañas militares en Chile y otras regiones.
El momento culminante ocurrió el 9 de julio, tras casi nueve horas de deliberaciones. El presidente del Congreso en ese momento, Narciso Francisco Laprida, formuló una pregunta decisiva: “¿Queréis que las provincias de la Unión sean una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli?” La respuesta unánime fue afirmativa, y se redactó entonces el “Acta de la Emancipación”, documento que formalizó la voluntad colectiva de los representantes provinciales.
Este acto no solo significó el fin del dominio colonial sino también el inicio del camino hacia la consolidación institucional y política del país. La declaración del 9 de julio continúa siendo un símbolo central en la historia argentina, recordando el esfuerzo conjunto por alcanzar la libertad y soberanía nacionales.
Desde el punto de vista político representaba el paso previo y necesario para llevar a cabo la ofensiva militar a otras regiones, concretada en la magna empresa de San Martín. Esta Declaración fue en todo tiempo observada como la base constitutiva de las provincias rioplatenses, pese a que no concurrieron al Congreso diputados por las provincias del Litoral, la Banda Oriental, Santa Fe y Paraguay.