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Cerrar una grieta.

9 noviembre 2020 - 10:56

Un camino es una cicatriz enorme en el medio ambiente. Más aún en un área protegida.

Por Alejandro Martínez Ponte, Guardaparques del Parque Aguiar

«Un camino es una cicatriz enorme en el medio ambiente. Más aún en un área protegida. Siempre que se hacen rutas en selvas, montañas, montes, o que atraviesan lagos o ríos, el impacto es terrible. Han generado en numerosas ocasiones daños irreparables. Hoy con las infinitas posibilidades de acceso al conocimiento y con la tecnología a disposición, aprendiendo de errores anteriores, la cuestión es diferente. Estas grandes cicatrices pueden haberse hecho en vano, con intereses mezquinos o con la intención de facilitar la comunicación entre la gente, permitir el acceso a derechos básicos como el acceso a la salud y a la educación.

En el Parque Rafael de Aguiar hay un camino casi obsceno. Hecho en épocas donde era imposible reunirse a participar y menos aún cortar o impedir el inicio de una obra o detener el progreso. Hoy es distinto. Paradójicamente el camino enorme que destruyó un romance milenario entre el Yaguarón y la barranca, nos permite hoy disfrutar del área natural de diversas formas. Nos permite acceder a todos. No únicamente a los privilegiados que tuvimos la posibilidad de andar en el río antes de que la sociedad despertara y se anime a conocer, acercarse y apropiarse de este maravilloso paisaje. La enorme cicatriz no fue en vano. También debemos pensar que muchos de los que soñaron el Parque hace 60 años tenían la visión de la naturaleza propia de aquellos tiempos y tenían, muchos de ellos, la mejor de las intenciones.



Es comprensible nuestra desconfianza hacia algunas obras o a caer en la tentación de una antinomia fogoneada desde las mezquindades. La falsa antinomia entre: hagamos cualquier cosa para tirar cemento en pos del “progreso” o no hagamos nada porque la naturaleza no se toca. Falsa antinomia porque se pueden hacer obras si se consideran necesarias y a veces una cicatriz permite disfrutar y dar servicios básicos y debemos tocar la naturaleza. El concepto que cuesta que se respete es que la naturaleza es sagrada. Cualquier intervención que se haga tiene que ser imprescindible y consensuada. No lo digo yo, lo dice la ley.

Creo que el camino roto es una oportunidad para, tal vez, intentar recuperar el antiguo romance destruido por el mismo hace alrededor de 40 años. Sigo creyendo que es una oportunidad de mejorar, pero intercambiando opiniones e información con profesionales de la ingeniería. Entiendo que no es tan fácil. Resumo drásticamente para que se entienda. El impacto que se generaría para poder extraer el material del camino roto sería peor que reparar el derrumbe actual. El camino roto fue consecuencia de una sumatoria de factores que terminaron con el colapso del mismo; lo podemos tomar como una advertencia de la naturaleza, como la consecuencia de una intervención abrupta como ya lo mencionara, pero indudablemente por cuestiones de seguridad y funcionalidad es conveniente repararlo. Las condiciones pluviales actuales facilitan esta obra. Igual hay un pequeño margen como para evaluar alguna alternativa. Pero es una emergencia. Hay que arreglarlo. Es peligroso dejarlo como esta. Esto no tiene nada que ver con un Proyecto de Intervención o Revalorización del Parque Aguiar que no se conoce lo suficiente, que no se ha discutido con expertos puertas afuera del Municipio, o al menos no lo suficiente. Eso es otra cuestión.



En el medio está un recurso de amparo y un revuelo general. No entiendo de leyes, creo que hay que respetarlas aunque no nos gusten. También creo que debe haber alguna posibilidad, apelando a la honestidad y la grandeza de las partes enfrentadas, de poder plantear ante la justicia esta novedad en la situación del Parque Aguiar. La medida cautelar  de fecha 12/06/2020 que dispone la paralización de  los movimientos de suelo en el Parque Aguiar  es consecuencia de la acción de amparo planteada por Asociación Civil Foro Medio Ambiental, en el año 2017, cuando el camino ya era parte del parque (data de los años 70) por lo que se entiende que la medida no implicaría impedimento para  realizar  movimientos de tierra, en pos de la reparación de un camino pre existente y ante una situación de derrumbe que tiene consecuencias peligrosas.- Es una oportunidad de cerrar una grieta, es necesario. Nadie debe ceder nada. Hay que acercarse. Humildemente creo que entonces todos los actores involucrados haremos historia, sino será una anécdota más, de las tantas que ya hay en la región, que depende de qué lado del camino la miremos nos dará alegría o pena. Un camino puede ser tomado para unir o para separar. Un camino tiene magia, un comienzo y una llegada. Pero la magia del camino está en su recorrido. De la mejor manera posible hay que poder andarlo. Los 7 lagos, las transamazónica, la Juana Azurduy en el Impenetrable, seguramente ocasionaron grandes impactos ambientales (conceptos que antes no eran tenidos en cuenta) pero otorgaron grandes beneficios.



Cerrar esta grieta sería un gesto de grandeza de todos. Siempre son más seductores los puentes que las barreras.-«

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