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De pueblo en pueblo…y por los campos

21 agosto 2021 - 11:01

Hay pistas de la vida de nuestra ciudad que pasan desapercibidas. Son casi fulguraciones de la historia que, en la mayoría de los casos, pasan inadvertidas para los que tienen que tomar registros en forma sistemática.

Por Javier Tisera

Hay pistas de la vida de nuestra ciudad que pasan desapercibidas. Son casi fulguraciones de la historia que, en la mayoría de los casos, pasan inadvertidas para los que tienen que tomar registros en forma sistemática. Sin embargo, Prensa Libre SN, sin dogmas ni prejuicios puede exhibir e investigarlas para aportar a una complitud de la historia local, tan sesgada por las narrativas miserables de las familias.

Estas tierras en el siglo XVII las obtuvo por meced Don Alonso Fernández de Montiel. A la muerte de este, las tierras en la margen derecha del Río Paraná pasaron a manos de Tomás Gayoso, coheredero de Fernández de Montiel, siendo inmediatamente otorgadas al Maestro de Campo Don Antonio Vera Mujica que las retuvo hasta su muerte. Sus herederos vendieron partes de la extensión al capitán Francisco Miguel Ugarte, campos conocidos como “de los tres arroyos” y situado a la vera del Camino Real que unía a Buenos Aires con Santa Fe. Francisco Miguel Ugarte repartirá la tierra entre sus nueve herederos, una de ellas, Juana Paulina Ugarte que contrajo matrimonio en Santa Fe con Rafael de Aguiar que instaló un establecimiento agrícola en las tierras de su esposa.

En una de las paredes del Museo de la Ciudad “Gregorio Santiago Chervo” se exhibe el primer plano de la traza de la ciudad que data de 1827 que confeccionó el agrimensor Manuel Eguía. Por aquellos tiempos, a solo diecisiete años de la Revolución de Mayo, los propietarios le encargaron la primera mensura.

Eguía, un año antes de ser contratado en San Nicolás fue llamado por Rafael Pividal, encargado de proyectar la venta de solares, en el paraje conocido como “el Rincón de Zárate y confeccionó la Traza del Pueblo», que se aprobó el 31 de enero de 1827.

“Habían transcurrido apenas 27 años de la fundación de Zárate, dado que el 31 de enero de 1827 se había aprobado el “Plano del Rincón de Zárate y Traza del Pueblo de Zárate”, realizado por el Agrimensor Manuel Eguía, quien proyectó una cuadrícula bien definida que comienza con cinco manzanas en el sector de las barrancas y se amplía, superadas las mismas, a diez manzanas de frente paralelas al río por seis de profundidad, dejando cuatro libres en el centro destinadas a la plaza principal, la cual sólo ocuparía una central debido, indudablemente, a la intención de Eguía de lograr que las calles laterales fueran lo suficientemente amplias” – cuenta la arquitecta Silvia Baccino .

Cuando llega a San Nicolás de los Arroyos, Eguía tiene en cuenta que se trata de un damero para zona tropical con lo que hay que tener en cuenta que las calles deben ser angostas. Y por ser una ciudad litoraleña, los edificios principales del poder civil y religioso son La Iglesia y la Aduana, y en algún momento, la Municipalidad se posicionó frente a la Plaza Principal. La característica que dejaba asentada es que las calles laterales de las plazas principal debían ser anchar para facilitar la circulación de los habitantes. Si hay algo que Eguía tenía en cuenta era que la ciudades tenían que ser habitadas por personas; y que, no eran solo una acumulación de bienes patrimoniales.

Eguía idealiza una ciudad que comienza con nueve manzanas (actuales Falcón y Alberdi) en el sector de las barrancas y se amplía, superadas las mismas, a diez manzanas de frente paralelas al río por nueve (hasta actual Savio) de profundidad, dejando libres en el centro destinadas a la plaza principal.

Esta sólo ocuparía una manzana central debido a la intención de Eguía de lograr que las calles laterales fueran lo suficientemente amplias.

Este trazado, en damero perfecto, comprendía un total de 81 manzanas, en su mayoría cuadras de 100 varas (86,60 mts.) de lado. Las calles fueron proyectadas de 16 varas (13,86 mts.), excepto las que bordeaban la plaza.

El trabajo de Manuel Eguía se repite a lo largo de toda la geografía de la provincia de Buenos Aires, hasta que un día en un remate compró un solar en Marco Paz y decidió levantar su propio espacio, cansado de tanto andar de pueblo en pueblo y por tanto campo.

En Zárate, donde también dejó su marca, una calle lleva su nombre; por estos lares pasó al olvido que es moneda corriente de los hombres y mujeres malagradecidos.

Pie del Plano: Plano del casco antiguo de San Nicolás confeccionado por el agrimensor Manuel Eguía en 1827.

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