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Jueves 18 de Diciembre de 2025
18 diciembre 2025 - 05:26
La investigación del CONICET y la Universidad Nacional de La Plata halló carbamazepina, paracetamol, ibuprofeno y sildenafil (Viagra) en agua de la región de metropolitana de Buenos Aires.
Un estudio científico de alcance inédito encendió una señal de alerta sobre la calidad del agua en la región metropolitana de Buenos Aires al confirmar la presencia de fármacos de uso masivo en distintas cuencas que desembocan en el Río de la Plata. La investigación, liderada por especialistas del CONICET y la Universidad Nacional de La Plata, detectó compuestos como carbamazepina, paracetamol, ibuprofeno y sildenafil (Viagra) en cursos de agua superficiales, un fenómeno asociado al avance de la urbanización y a las deficiencias en la infraestructura cloacal.
El trabajo fue realizado por investigadores del Centro de Investigaciones del Medio Ambiente (CIM), dependiente del CONICET, y analizó muestras tomadas en ríos y arroyos estratégicos de esa región. Entre los afluentes estudiados se encuentran los ríos Luján, Reconquista y Matanza-Riachuelo, además de los arroyos Del Gato, Maldonado y El Pescado, cuyas cuencas atraviesan zonas urbanas y rurales de La Plata, Berisso, Ensenada y Magdalena. Los resultados fueron publicados en la revista científica Environmental Toxicology and Chemistry.
Según detallaron los investigadores, se trata del primer estudio de esta magnitud en la región, tanto por la cantidad de sustancias analizadas como por la diversidad de sitios muestreados. El diseño permitió establecer una relación directa entre la presencia humana, la infraestructura disponible y la calidad del agua superficial, poniendo en evidencia un problema ambiental emergente.
Los datos obtenidos muestran que las concentraciones de fármacos aumentan de manera significativa en áreas con mayor densidad poblacional y urbanización. En tramos rurales se detectaron, en promedio, entre dos y tres compuestos, mientras que en zonas urbanizadas apareció prácticamente la totalidad de los medicamentos buscados. Entre los fármacos dominantes se identificaron la carbamazepina, un antiepiléptico de uso frecuente; el paracetamol y el ibuprofeno, analgésicos de consumo masivo; el atenolol, utilizado para tratar hipertensión y arritmias; y el sildenafil, empleado para la disfunción eréctil.
El estudio también reveló variaciones estacionales en la presencia de estos compuestos. Por ejemplo, el sildenafil mostró mayores concentraciones durante el verano, mientras que los medicamentos asociados a afecciones respiratorias fueron más frecuentes en los meses de invierno. Estos patrones reflejan, según los especialistas, hábitos de consumo de la población que terminan impactando en el ambiente.
En cuanto a las causas, la investigación vinculó la contaminación con la urbanización de las cuencas y la existencia de plantas cloacales. Los cursos de agua que reciben descargas de plantas de tratamiento presentaron niveles más elevados de fármacos. No obstante, incluso en zonas sin cloacas formales, la presencia de estos compuestos fue significativa, lo que sugiere el impacto de descargas clandestinas, pozos ciegos y rellenos sanitarios deficientemente impermeabilizados, que permiten el paso de residuos hacia las napas subterráneas y luego a los cuerpos de agua superficiales.
Los investigadores advirtieron que lo que se consume y se descarta no desaparece, sino que persiste en el ambiente, con potenciales efectos sobre los ecosistemas acuáticos y sobre las personas que dependen de estos recursos hídricos. En ese sentido, la problemática local se inscribe en un contexto global: estudios internacionales ya habían demostrado la presencia recurrente de fármacos como ibuprofeno y atenolol en aguas superficiales y subterráneas, asociados a actividades humanas y a las limitaciones de los sistemas de tratamiento.
En Argentina, esta situación se suma a otros desafíos ambientales vinculados a la calidad del agua. Investigaciones previas en la cuenca del río Salado, en la provincia de Santa Fe, habían detectado contaminantes relacionados con actividades agrícolas, ganaderas y urbanas, como antibióticos y pesticidas.
El trabajo del CONICET y la Universidad Nacional de La Plata refuerza la necesidad de avanzar en políticas públicas y tecnologías de tratamiento más eficaces para enfrentar la creciente presencia de contaminantes emergentes. A medida que la urbanización se expande, advierten los especialistas, se intensifican los retos para garantizar agua limpia y ecosistemas saludables, un desafío que demanda respuestas urgentes tanto de las autoridades como de la sociedad en su conjunto.
