Porque nada queda oculto
Sábado 25 de Octubre de 2025
24 octubre 2025 - 19:37
Si bien la decisión no implica la autorización inmediata de la eutanasia, marca un precedente histórico en la justicia argentina al ordenar que se analice el fondo del caso.
La Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires dispuso que la Justicia analice en profundidad el caso de María del Carmen Ludueña, una mujer de 63 años que padece una enfermedad autoinmune irreversible y reclama asistencia médica para morir. Hasta el momento, su solicitud había sido rechazada sin ser evaluada.
Según se informó, Ludueña sufre artritis reumatoidea severa desde hace siete años, lo que la mantiene postrada y con dolores crónicos. Vive en La Reja, partido de Moreno, y depende completamente de terceros para alimentarse, higienizarse y desplazarse. En noviembre de 2024, presentó —a través de un defensor oficial— un recurso de amparo con el fin de acceder a la eutanasia, pero tanto el Juzgado de primera instancia como la Cámara habían rechazado el planteo por considerar que la práctica no está contemplada en la legislación argentina.
El máximo tribunal provincial, sin embargo, resolvió que esos rechazos vulneraron el derecho de Ludueña al acceso a la justicia. En su fallo, la Corte destacó que el caso compromete “derechos constitucionales esenciales, como la autonomía de la voluntad, la dignidad humana y el derecho a la vida”, y consideró que rechazar el tratamiento del expediente “de forma liminar constituye una flagrante violación del debido proceso”.
De esta forma, el expediente fue remitido al Juzgado Contencioso Administrativo de Mercedes, a cargo del juez Luis Oscar Laserna, quien deberá evaluar la situación médica y emocional de la mujer, su capacidad para decidir y su expresa voluntad de recibir asistencia médica para morir.
La defensa de Ludueña anticipó que presentará historias clínicas, testimonios médicos, pericias psiquiátricas y psicológicas, además de la declaración personal de la paciente. “Queremos que el juez la escuche personalmente, en su casa, para que comprenda el sufrimiento que vive cada día”, manifestó su abogado, Edgardo Molins.
En declaraciones recientes, Ludueña expresó: “Esto no es vida, es una tortura. Cualquiera que pase 24 horas como yo pediría lo mismo. Pido clemencia, que alguien me escuche y me ayude”.
Si bien la decisión de la Corte bonaerense no implica la autorización inmediata de la eutanasia, marca un precedente histórico en la justicia argentina al ordenar que se analice el fondo del caso. El fallo abre por primera vez la posibilidad de que un tribunal del país evalúe una solicitud de asistencia médica para morir, reavivando un debate sobre el derecho a morir dignamente, los valores morales y religiosos con los que convive la sociedad desde sus inicios en el país.