Porque nada queda oculto
Lunes 13 de Octubre de 2025
11 octubre 2025 - 10:11
Con un estricto control de seguridad que logró mantener a los manifestantes alejados, el Presidente pudo mostrar una imagen más protocolar que en sus ultimas apariciones publicas
En una visita con fuerte contenido político y un marcado tono institucional, el presidente Javier Milei encabezó este viernes un acto en la planta siderúrgica Sidersa, en San Nicolás, donde presentó los lineamientos de su propuesta de reforma laboral y tributaria. La actividad se desarrolló bajo un estricto operativo de seguridad y sin acceso de los medios de comunicación al predio, en lo que pareció un intento de mostrar un perfil más medido tras semanas de actos con incidentes y polémicas.
“Es un gran día para el futuro económico de nuestro país; hemos logrado un apoyo histórico de Estados Unidos para proveernos de estabilidad en estos momentos de turbulencia política”, expresó el mandatario al iniciar su discurso, en alusión al reciente respaldo financiero del Tesoro de Estados Unidos. Según afirmó, el gesto de Washington “es una muestra del reconocimiento del mundo al rumbo que tomamos y al esfuerzo de los argentinos”.
La visita tuvo como eje el acompañamiento al proyecto de Sidersa, que recientemente ingresó al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), con una inversión estimada en 300 millones de dólares. En las inmediaciones de la acería se registró una protesta reducida, con la presencia de referentes de organizaciones sociales, aunque el dispositivo de seguridad mantuvo a los manifestantes a varios cientos de metros del ingreso.
Durante su discurso, Milei enfatizó la necesidad de avanzar con una reforma laboral “moderna, clara y predecible”, que permita adaptar los convenios colectivos a las condiciones actuales de la economía. “Necesitamos un marco jurídico en lo laboral que deje de ser un obstáculo para la contratación y se convierta en una herramienta de crecimiento, desarrollo y prosperidad”, sostuvo.
El Presidente subrayó que su objetivo es impulsar nuevas negociaciones colectivas y “dejar atrás estructuras vigentes desde hace más de 70 años”. En esa línea, prometió que el proyecto buscará “terminar de una vez y para siempre con la industria del juicio”, a la que responsabilizó por la falta de generación de empleo formal durante los últimos quince años. “No puede ser que sigamos sosteniendo un sistema donde los caranchos laboralistas viven de litigar contra quienes producen”, añadió.
En otro tramo, el jefe de Estado anunció su intención de avanzar también con una reforma tributaria, centrada en la simplificación del sistema impositivo. “Vamos a eliminar cerca de 20 impuestos que entorpecen la economía argentina sin generar un verdadero impacto recaudatorio”, anticipó.
Distintos sondeos recientes muestran una creciente preocupación social por la pérdida de puestos de trabajo, lo que da contexto al énfasis del mandatario en este tipo de reformas. En ese sentido, Milei intentó transmitir que su plan económico busca generar condiciones para la inversión y la creación de empleo genuino, con respaldo internacional y una estructura normativa más flexible.
El acto se desarrolló en un ambiente controlado, con acceso restringido a invitados seleccionados, y marcó un contraste con los recorridos de campaña de las últimas semanas, en los que se registraron incidentes en Santa Fe y Mar del Plata.
En la primera fila lo acompañaron su hermana Karina Milei, el ministro de Desregulación Federico Sturzenegger y el intendente de San Nicolás, Santiago Passaglia, quien valoró el mensaje presidencial: “La Argentina necesita reformas profundas y un plan productivo que mire hacia adelante”, señaló.
En el cierre, el Presidente buscó tender puentes con sectores moderados de la oposición, al proyectar un Congreso “más reformista”. “Sabemos que, más allá de los inadaptados de siempre, hay legisladores que comparten el destino de país que estas reformas proponen”, concluyó Milei, en un mensaje que combinó pragmatismo político y reafirmación de su rumbo económico.