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Suboficial Mayor Raúl Oscar Godoy, nicoleño

3 mayo 2019 - 21:56

“Las prioridades en mi vida son mi familia, la Armada Argentina y el rompehielos ARA ‘Almirante Irízar’”

En el sitio la Gaceta Marinera, web oficial de noticias de la Armada Argentina se cuentan historias de los distintos integrantes de las fuerzas, entre ellos, los oriundos de San Nicolás:

El Suboficial Mayor Electricista Raúl Oscar Godoy ingresó con 17 años a la Armada Argentina en 1984 y uno de sus primeros destinos fue el rompehielos ARA “Almirante Irízar”. Hoy después de 35 años de servicio, lo encuentra nuevamente a bordo, en esta oportunidad finalizando su carrera naval y haciendo entrega de su cargo como Suboficial de Unidad.

BUENOS AIRES – Raúl suma un total de 17 años siendo parte de la dotación del “Irízar” en diferentes momentos de su carrera; hace 11 años que volvió al rompehielos y 7 desde que asumió el cargo de Suboficial de Unidad, el más antiguo de los suboficiales a bordo y cuya función es trabajar en el bienestar y servicio de la dotación de cabos y suboficiales. Trabajar en este buque y en esas latitudes no es tarea fácil, pero con sus 9 campañas antárticas transitadas a lo largo de su carrera puede guiar a su personal con total responsabilidad y, por ello, es muy querido.

El Suboficial oriundo de San Nicolás, localidad al norte de Buenos Aires, cuenta que se inscribió en la Armada a través del correo, por donde también recibió información a cada inquietud que tuvo al terminar el secundario: “Siempre me gustaron las Fuerzas, tenía como una pasión, y leyendo los diarios llegué a enterarme que podía ingresar a la Armada”, contó.

Hizo la Escuela de Suboficiales de la Armada y se recibió a fines de 1986 en la especialidad de Electricista en Sistemas de Control. Aún recuerda con detalle el viaje en tren de Buenos Aires a la Base Naval Puerto Belgrano para el ingreso. Desde ese momento estuvo destinado en corbetas, destructores, portaviones, buques logísticos y yates, por mencionar algunos: la corbeta ARA “Guerrico”, el destructor ARA “Sarandí”, el portaviones ARA “25 de mayo”, el buque logístico ARA “Patagonia” y la fragata ARA “Libertad”.

“Desde la experiencia y lo vivido doy gracias, por lo lindo que fue ver como creció la Institución. Para mí en el orden de prioridades están mi familia, la Armada y el rompehielos”, aseguró Raúl, quien tiene 3 hijos de 30, 23 y 6 años de edad.

 

“El ‘Irízar’ es parte de mi vida al igual que la Antártida. Volví a este buque después del siniestro del 2007, fui viendo su transformación hasta que volvió a navegar y regresó a los hielos; y convertirse nuevamente en el orgullo de nuestra Armada”, expresó el marino nicoleño, y recordó que su primer viaje a la Antártida fue a la base Orcadas formando parte del Grupo Reparaciones. Describió que la Antártida, como lugar, es algo inexplicable: “Uno puede navegar en cualquier parte del mundo, pero lo que se vive en la Antártida es completamente diferente a todo”.

La última campaña

Godoy llegó al rompehielos cuando era Cabo Principal, luego cumplió funciones como Suboficial del cargo Automatización, se desempeñó en el cargo Contabilidad de Materiales y, más adelante, fue ayudante del contador a bordo hasta su nombramiento como Suboficial de Unidad, del que se retira siendo Suboficial Mayor de la Armada.

El Suboficial de Unidad es quien conoce a cada integrante del rompehielos, debe mantener la armonía, el orden y hacer sentir cómodo a cada subordinado. En esa interacción, trasmite experiencias y valores: “La Armada depende de nosotros, los marinos, por eso les inculco el respetarse y el sentirse orgullosos de ser parte de la Institución, y de la posibilidad de trabajar en la Antártida”.

En medio de su pase de cargo al nuevo Suboficial de Unidad –el cual se hizo efectivo la semana pasada con el arribo del rompehielos de su última Campaña Antártica de Verano (CAV) 2018-2109– y avecinando su retiro, el Suboficial Godoy contó que no siente tristeza sino inmensa alegría por lo vivido.

“Me voy feliz y orgulloso de la unidad; me llevo dos grandes satisfacciones, la felicidad por pertenecer a la Armada y el orgullo, por haber sido parte del proyecto que hizo que este buque esté navegando nuevamente”, concluyó.

 

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