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22 diciembre 2019 - 13:25

Profesionales de la salud piden un DNU que legalice el autocultivo de cannabis

Integrantes de la organización de Profesionales de la Salud por el Cannabis Terapéutico (Procannt) se acercaron el martes pasado a la Casa Rosada con intención de solicitar una audiencia con el presidente Alberto Fernández para presentarle un documento elaborado en forma conjunta, con intención de que el texto sirva como base para la elaboración de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que básicamente proteja a los cultivadores de cannabis y no se los criminalice, al tiempo que libere a todas las personas detenidas por tener plantas de marihuana para uso medicinal y consumo personal.

El neurólogo infantil Carlos Magdalena, quien estuvo entre los profesionales que se acercaron a la Casa de Gobierno, expresó a DIB que fueron «muy bien recibidos» y que «ya se cursó el despacho de pedido de audiencia con el Presidente».

«El texto es muy corto, pedimos la protección del autocultivo de cannabis, su legalización y la descriminalización de quienes lo hacen con fines terapéuticos, así como la necesidad de contar con los controles correspondientes de las universidades públicas, para asegurar la calidad y la seguridad de la sustancia, me refiero a la bioseguridad y la trazabilidad de los aceites y materia vegetal orgánica que se usa con fines terapéuticos también en vaporización», precisó Magdalena sobre lo que solicitaron en el texto para el DNU, desde Procannt y con apoyo de más de 40 organizaciones.

«Estamos solicitando un paraguas para el autocultivo y la libertad de los presos por plantar».

Magdalena, quien se desempeña como neurólogo infantil en el Hospital de Niños «Ricardo Gutiérrez» de la Ciudad de Buenos Aires, subrayó que «el DNU no es antagónico con la ley 27350, sino que la complementa». El médico explicó además que la idea de impulsar este mecanismo normativo surge ya que es necesario dar celeridad a las situaciones que atraviesan quienes cultivan marihuana para fabricar medicina. «Hay muchos proyectos en estado parlamentario, pero hasta que la jurisprudencia se ponga de acuerdo y los bloques se pongan de acuerdo, va a demorar mucho tiempo, y mientras tanto los allanamientos continúan», precisó el especialista, y resumió: «Esta situación debe ser resuelta: hasta que tengamos la casa, que debe ser la ley que no penalice el autocultivo, hagamos el refugio que es el DNU».

 

Según contó a DIB Magdalena, a casi tres años de sancionada la ley, hay mucho para debatir, ya que además de ser reglamentada fuera de los tiempos establecidos, «fue vaciada» de varios artículos, incluyendo el número 8 que protegía el autocultivo.

«Estamos solicitando un paraguas a lo que es el autocultivo y la libertad de los presos, después podemos discutir todo, la mejor ley, la que mejor cierre para todos, tenemos gente de años detenida y en pabellones en los que justamente no respetan a las personas, tenemos situaciones muy tristes personas que han salido y están en tratamiento psiquiátrico», precisó.

Otro punto en el que es necesario hacer foco es en la necesidad de que la ley contemple otras patologías, además de la epilepsia refractaria, que es la única que habilita la importación de aceite de cannabis. Magdalena sostuvo que es afección ha quedado prácticamente relegada a un tercer lugar en el uso de la planta, ya que la realidad es que se aplica más «en cáncer, dolor, trastornos de espectro autista, patologías osteoarticulares, cuadros de degeneración reumática, cuadros de pacientes con secuelas de accidentes con miembros amputados, diabetes, enfermedades vasculares», por lo que reducir su uso «es de un desconocimiento supino sobre la terapia cannábica».

Formación en la praxis

El neurólogo infantil contó que fue en el consultorio donde comenzó a tomar contacto con la cultura del cannabis, que desde hace décadas se desarrolla en el país. «Me autoformé, me formaron los cannabicultores y las madres, es más, me rehúso a llamarlo cannabis ?medicinal? porque no es un conocimiento que nace de la medicina formal, es un conocimiento que nace de otro saber», remarcó.

En esa «autoformación» surgieron conocimientos que Magdalena no había aprendido en la facultad, como la existencia en el cuerpo humano de un sistema endocannabinoide,»que juega un rol fundamental en el control de todos los circuitos funcionales del sistema nervioso, influyendo en el control conductual, de la motricidad, de la emotividad, de la temperatura corporal, del sistema neurohormonal, del control del  sistema inmunológico, del ritmo sueño vigilia, de todos los parámetros que tienen que ver con cómo me muevo, cómo hablo, del sistema que te permite estar en equilibrio», precisó el médico. Ante esa descripción, subrayó la importancia que tiene el uso de las sustancias derivadas de esta planta para tratar cuadros psiquiátricos, psicológicos y neurológicos.

Para concluir, Magdalena remarcó que más allá de las presiones de las empresas farmacéuticas y del entramado del narcotráfico, «es urgente que se legalice la situación de quienes cultivan para fabricar su medicina y es crucial la formación de los médicos y la implicación de la red de universidades en el control de los aceites que se usan, así como del Estado en el cultivo de las plantas».

El camino no será fácil, pero la cultura cannábica con fines medicinales está cada vez más instalada en la sociedad. Los profesionales de Procannt, junto a los cientos de organizaciones que hay a lo largo del país, se han embarcado en una lucha quijotesca, cuyo único fin es mejorar la calidad de vida de personas que sufren, de sus familias, y evitar el dolor.

Fuente: DIB

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